A la imagen hubo que construirle un paso o carroza, así como ropas y mantos. La carroza fue fabricada por Enrique Pueyo, junto con la colaboración y trabajo de don José González Torres, incorporando un palio que cobijaba a la Virgen, convirtiéndose así en la primera Virgen que procesionó bajo palio en Zaragoza, recordando a las advocaciones marianas andaluzas.
Esta carroza era de pequeñas dimensiones para ser empujada por unas 8 personas, con el palio sostenido por 8 varales. Tenía una bonita greca realizada en madera con el anagrama de la Cofradía centrado y con cabezas de ángeles en los extremos, la moldura de la parte superior, estaba retranqueada respecto a la inferior y la talla de madera entre ambas molduras tenía forma curva, como una gran escocia. Poca decoración floral y pocas velas, situadas de forma aleatoria a distintas alturas lo que permitía ver el cuerpo entero de la Virgen.
El hábito y manto, fueron realizados por las RRMM Adoratrices, en color azul marino, con bordados en oro. El manto fue bordado en todo su contorno con el anagrama de la Cofradía en la parte inferior, rodeado de diversos motivos florales. El hábito, bordado en la parte inferior donde destaca la corona, con cinturón grueso también bordado con motivos florales, así como ribetes en las mangas.
En 1951 fue cuando se bordó el palio, también de color azul marino por las RRMM Adoratrices, con el anagrama de la Cofradía centrado en las cuatro bandas, y las corbatas de los cuatro ángulos, todo ello como el manto y el hábito en oro.
La imagen presentaba el rostro juvenil y de inocencia con facciones suaves por el que le corrían cuatro lágrimas de vidrio soplado dos por cada lado, en el lado derecho sobre la mejilla una seguida a la otra y en el izquierdo una saliendo del lacrimal y la otra cercana a la comisura de los labios. Sus ojos entornados hacia arriba suplicantes y los brazos abajo enseñando las palmas de las manos.
Mostraba limpiamente su rostro, pues la cabeza quedaba cubierta por encima de la frente por una mantilla que dejaba a la vista la frente y caía libremente enseñando barbilla y cuello. Por encima de esta mantilla y en paralelo iba el precioso manto azul marino.
Sobre la cabeza una sencilla corona, donde resaltan doce estrellas, colgando en el cuello un collar de perlas de dos vueltas, en el pecho un broche que sujetaba una mantilla que cubría los hombros, y sujetando con su mano derecha un pañuelo blanco.
En 1972, la Cofradía sufre varios cambios, realizando desde entonces la “Procesión de la Lágrimas”, únicamente con esta imagen, y creándose la sección de “Camareras de la Virgen”, reactivando lo que años atrás se conoce como Damas de Honor. Con la nueva sección, muchos son los regalos que irá recibiendo esta imagen en los siguientes años, principalmente mantillas, lo que poco a poco influirá en la forma de vestirla, provocando un cambio estético.
Desde el punto de vista escultórico, la imagen se lleva a restaurar en 1973 al taller de los Hermanos Albareda (Jorge y Miguel Angel Albareda Agüeras), y tras una restauración de la cara y un dedo, se le implantan cinco brillantes en sustitución de las lágrimas originales regalo de una camarera de la Virgen. La situación de las mismas queda de la siguiente manera: En el lado derecho dos, en la misma situación que la anterior, y tres en el lado izquierdo, una cerca del lacrimal donde tenía la anterior y las otras dos un poco más abajo sobre la mejilla casi paralelas.
Si los vestidos son los mismos, la forma de vestirla va a cambiar su aspecto. Las mantillas ahora en mayor cantidad van a cubrir su frente y se van a ceñir más a su rostro escondiendo gran parte de este. El mantón y mantillas que anteriormente caían libremente de forma natural, ahora se ahuecarán creando una caída más amplia, dejando descender hasta la cintura la que cubre los hombros y añadiendo otra por encima del manto que llega hasta que se inician los bordados de este. Se completa con el relleno que se incluye por el interior de la túnica dándole un aspecto maduro frente al juvenil, que presentaba años atrás. A su vez los brazos se elevan mas que anteriormente. También se sustituye el collar por otro de brillantes circundando todo el rostro. |